ALREDEDOR DE UN CENTENAR DE PERSONAS REZAN EL ROSARIO REPARADOR A LAS PUERTAS DEL TEATRO ESPAÑOL
A pesar del intenso frío que arreciaba sobre la capital de España, un grupo de unas cien personas se reunió a las puertas del Teatro Español en respuesta a nuestra convocatoria.
El acto se inició con unas palabras de uno de los organizadores, laméntandose por la situación de la Fe católica en España, criticando la falta de reacción de los católicos frente al insulto a Nuestro Señor. «Quien de forma superficial contemplara las calles y plazas de Madrid el verano pasado, durante la JMJ, podría pensar que España es un país católico, que continúa siendo la reserva espiritual de occidente y que la Santa Fe católica cubre con su sombra la totalidad del solar patrio. Nada más lejos de la realidad. Para que la manifestación y defensa pública de la Fe sólo tiene lugar cuando soplan vientos favorables para ello. Los católicos en España parecemos estar sólo a las maduras pero no a las duras.»
Y es que como se dijo en los prolegómenos se es católico por amor, y «el verdadero amor no es cobarde ni tibio, sino valiente y apasionado, e incluso heroico si las circunstancias lo requieren. Y el verdadero amor es también consolador. Y eso hemos venido a hacer hoy aquí: consolar, en la medida de nuestras fuerzas, a Nuestro Señor.»
Antes del comienzo del rezo se advirtió que en fechas próximas se estrenará en Madrid otra exposición fotográfica con contenido blasfemo, en concreto la exhibición del fotógrafo Bruce LaBruce, en la sala "Fresh Gallery", situada en la Calle del Conde de Aranda, 5. Nosotros, D.m., convocaremos de nuevo un Rosario en reparación y los actos en desagravio que estén en nuestra mano.
Tras la intervención inicial, el P. Eduardo Montes procedió a dirigir el rezo del Santo Rosario, al que siguieron las letanías y las alabanzas en reparación por las blasfemias, concluyendo el mismo con el canto de la Salve.
Cerró el acto otro de los organizadores destacando el intenso clima de oración y recogimiento durante el Rosario, tras lo cual reseñó el ejemplo de cordura y caballerosidad que los asistentes mantuvieron. Finalizó tildando a Ana Botella de Poncio Pilatos «que ha coronado a Barrabás y ha desterrado a Jesucristo». «Y es que quien comete la flagrante osadía de financiar con fondos públicos algo tan trivial, chabacano y soez como una blasfemia corrobora la autenticidad de aquel calificativo que atribuyó San Agustín a la casta política, y es que éstos no son más que una banda de ladrones.»
Desde la organización del acto queremos expresar nuestro más sincero agradecimiento a los asistentes, así como a quienes siéndoles imposible acudir se unieron en oración a nuestro Rosario.
Permaneced atentos. Parece que el demonio anda suelto moviendo la realización de este tipo de espectáculos blasfemos. Como dijimos, nuestra reacción tendrá lugar.
Tal y como habéis pedido algunos de vosotros, he aquí las palabras con las que se abrió el acto:
Queridos amigos:
Nos hemos reunido hoy aquí,
frente al Teatro Español, con el propósito de rezar un Rosario en desagravio.
Un Rosario que hemos calificado de reparador por su fin, que no es otro que el
de sanar, en la medida de nuestras humildes y escasas fuerzas, las heridas que
una fotografía obscena está causando a Nuestro Señor en el interior de este
Teatro. Una fotografía enmarcada en una exposición con ínfulas artísticas que
no es sino un ataque más a Jesucristo. Una muestra más de la influencia del demonio
en este mundo, quien, sirviéndose de ateos y librepensadores como lacayos del
mal, insulta gravemente a Dios y, ya de paso, a su esposa, la Santa Madre
Iglesia.
Todo ello con la connivencia de
la clase política, de todo signo y color, como vemos que sucede en esta sucia
exposición, patrocinada por el Ayuntamiento de Madrid, a cuyo frente se sitúa
Ana Botella. Debemos tomar buena nota de ello.
Pero, ¿por qué el poder del
Maligno es tal en estos tiempos? ¿Por qué se permiten este tipo de cosas? Es difícil
dar una respuesta precisa: sólo Dios conoce la verdad al completo. Pero sí
podemos analizar nuestra propia actitud y su relación con el acontecer
presente. Y es que quien de forma superficial contemplara las calles y plazas
de Madrid el verano pasado, durante la JMJ, podría pensar que España es un país
católico, que continúa siendo la reserva espiritual de occidente y que la Santa
Fe católica cubre con su sombra la totalidad del solar patrio. Nada más lejos
de la realidad. Para que la manifestación y defensa pública de la Fe sólo tiene
lugar cuando soplan vientos favorables para ello. Los católicos en España
parecemos estar sólo a las maduras pero
no a las duras. ¡Pensemos en los santos mártires que han dado su vida en
defensa de Cristo, sin pensar en las penas temporales, obviando el espíritu del
mundo, teniendo presentes únicamente las cosas de Dios!
A nosotros no se nos pide de
momento –de momento- en España ser honrados con la palma martirial. Sólo se nos
exige, como católicos, estar con Cristo a las duras y a las maduras. Porque se
es católico por amor a Nuestro Señor. Y el verdadero amor exige sacrificio, el
verdadero amor exige dar la cara por la persona amada allá donde ésta es
afrentada. El verdadero amor no es cobarde ni tibio, sino valiente y
apasionado, e incluso heroico si las circunstancias lo requieren. Y el
verdadero amor es también consolador. Y eso hemos venido a hacer hoy aquí:
consolar, en la medida de nuestras fuerzas, a Nuestro Señor por la blasfemia
que tiene lugar en el seno de este Teatro Español.
Acabamos de hablar de amor. Da la
impresión de que, analizando el acontecer diario en España, el amor por Cristo
no es todo lo intenso que debiera. Y he aquí la respuesta a la pregunta que
antes nos hacíamos: ¿por qué pasan estas cosas?
Mientras tanto, en los países
donde aparentemente los católicos son menos, estos reaccionan frente a los
ataques contra la Fe católica con la debida contundencia. El último ejemplo lo
tenemos en Francia, donde una obra de teatro blasfema fue cercada día tras día
por miles de católicos –sacerdotes y laicos- que rezaron y loaron a Nuestro
Señor con gran intensidad a lo largo de todo el tiempo que duró la
representación de la obra. Tened seguro que el director de ese Teatro se lo
pensará dos veces la próxima ocasión que pretenda contratar este tipo de
espectáculos. Por cierto, esta obra fue representada previamente en Madrid, en
el Teatro María Guerrero, sin que nadie hiciera nada.
Desde aquí queremos advertir que
cuando la blasfemia, la ridiculización y la mofa contra nuestra Fe católica
hagan acto de presencia en España nuestra reacción tendrá lugar. Y os
adelantamos que según hemos podido saber hoy mismo, la sala de exposiciones
“Fresh Gallery” exhibirá desde el día 16 de febrero y hasta el 4 de abril una colección
de fotografías absolutamente repugnantes, blasfemas e insultantes, cuya autoría
corresponde al canadiense Bruce LaBruce. Ya ha sido convocada para el viernes
día 17 a las 19.30 una concentración de protesta frente a la sala de
exposiciones, situada en la Calle del Conde de Aranda número 5. Nosotros
también convocaremos otro Rosario en desagravio a las puertas de la sala si la
exposición no es retirada.
Y con la ayuda de Dios no nos
preocuparemos por las penas del mundo ni por las sanciones humanas. Pues como
dijo Santo Domingo de Silos al Rey de Navarra “la vida podéis quitarme, pero no
más”.
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